jueves, 28 de enero de 2016

Estructuración de grados y másteres en el EEES y en España



Ayer tuvo lugar en el Salón de Grados de la ETSI de la Universidad de Sevilla, una conferencia titulada "Estructuración de grados y másteres en el EEES y en España", la cual corrió a cargo del Dr. Guy Haug, experto en evaluación, desarrollo e internacionalización de políticas, sistemas, instituciones y programas de educación superior en al ámbito europeo y global. Considerado uno de los arquitectos del EEES por su contribución al diseño e inicio de los programas europeos Erasmus y Tempus, del Proceso de Bolonia para la renovación curricular, la convergencia y el atractivo de las universidades de Europa, y de la agenda de la UE para la modernización de la educación superior, ha seguido la implantación del EEES en España tanto desde fuera como desde dentro del país, gracias a sus numerosas vinculaciones con organizaciones, autoridades, agencias de calidad y universidades españolas. Es máster en Derecho por la Universidad de Estrasburgo (Francia), máster en Ciencias Económicas por la Universidad de Ottawa (Canadá), doctor en Ciencias Políticas por las universidades de Estrasburgo y Tubinga (Alemania) y doctor honoris causa por HETAC (Irlanda). En 2015, la CRUE ha publicado su monografía titulada Grados y másteres en España y el Espacio Europeo de Educación Superior. Además, mantiene una gran vinculación con la ingeniería y vive y trabaja en Bruselas, París y Valencia.

El motivo fundamental de la conferencia era el análisis de la situación actual y de las previsibles modificaciones de los títulos de Grado, con motivo del Real Decreto 43/2015, de 2 de febrero, por el que se ha abierto la posibilidad de que se creen grados de 180 ECTS (3 años). La CRUE ya anunió la moratoria hasta 2017 en la aplicación de dicho decreto precisamente para hacer un análisis del mismo.  

El Dr. Haug trazó una semblanza general del sistema de Educación Superior en Europa, caracterizado fundamentalmente por la diversidad. En efecto, en el EEES son mayoría los grados cortos (180 ECTS), en torno a un 75%. Los grados largos (240 ECTS), suponen un 25% en el Espacio Europeo pero son mayoritarios en el mundo (EE.UU, China, Japón…). España está en este segundo grupo. Tradicionalmente se considera que los grados fuertes permiten alcanzar mayores rendimientos académicos y planes de estudio más ricos (más tiempo para prácticas, atención a la relación competencia/empleabilidad, estancias en el extranjero…). En contra de los grados largos se han identificado argumentos como las posibles dificultades en los acuerdos de doble titulación con universidades que tengan grados cortos, o la mayor carga económica en los estudios. 

Con relación a los másteres, el Dr. Haug subrayó el carácter autónomo de los mismos. No son una simple continuación del grado o un paso previo del doctorado. La vía recta no es la única posible en la Educación Superior, ocupando el cambio y la reorientación a través del máster - a veces desde la formación profesional - un papel creciente. Destacó igualmente el conferenciante que son los estudios de máster y doctorado los que forjan la reputación de una universidad, ya que a menudo atraen a muchos estudiantes que quieren poseer un título extranjero. Incluso señaló que unos másteres atractivos son en ocasiones una forma de atraer buenos profesores a los centros universitarios. 

Frente al debate sobre la duración de las carreras universitarias, Haug planteó que éste no se ha dado en otras partes del EEES ya que la duración no es la principal preocupación del Espacio Europeo sino la cualificación, qué competencias se adquieren y para qué facultan. En un contexto de movilidad, como se ha pretendido desde el origen, todo el sistema debe favorecerla. En España los grados fuertes no son un problema, son perfectamente compatibles con el resto. El problema se plantea con los másteres de 60 ECTS (que son dominantes en nuestro país, aunque también los haya largos). Es aquí donde el reconocimiento es más difícil y está, según expresó, menos garantizado. 

El ponente indicó que en su opinión se abrían tres escenarios posibles:

1.       Mover todo el sistema al 3 + 2 (escenario más desaconsejable). El modelo actual no ha sido aún convenientemente evaluado y se podrían perder algunos de los beneficios inequívocos de los grados largos (más prácticas, competencias transversales, estancias en el extranjero…). Además no está claro que reporte a las universidades mayor libertad, al reducir las posibilidades a grados de 180 ó 240 ECTS, eliminando otras posibilidades intermedias. Todo ello sin abundar en el sobrecoste para la economía de los estudiantes.

2.       Cambio parcial hacia ciertos grados cortos. Es decir, que el cambio se limitase a algunos grados en los que esté constatado que la empleabilidad no se va a reducir en paralelo a la reducción del grado. Estos grados deben constituir una oferta diferente a los preexistentes y no ser simplemente la contracción de los grados largos. Deben desarrollarse además las pasarelas desde la formación profesional. Con respecto al máster debe predominar la diversidad. El EEES establece que su duración debe oscilar entre 90 y 120 ECTS, por tanto no es obligatorio que tengan que tener una duración de 120. 

3.       Reforzamiento de los másteres y modernización del doctorado. Para Haug es aquí donde radica el problema fundamental, que debe resolverse de manera completamente separada de los grados. Para ello propone inspirarse en el modelo escocés (grados largos y másteres de 90 ECTS). Una buena oferta de máster redunda en el prestigio de las universidades y propone además, que se busquen acreditaciones internacionales para estos estudios. En cuanto al doctorado, existe un replanteamiento del mismo a nivel europeo que debe tender igualmente a su diversificación y a su organización en escuelas posgraduales. 

En resumen, para Haug el sistema debería centrarse en la existencia de buenos grados y buenos máteres y no en un debate estéril sobre la duración de los estudios universitarios, siendo el máster la figura sobre la que deben darse las principales reformas. Finalmente, la conferencia se cerró con un interesante debate sobre estas cuestiones.

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